lunes, 6 de agosto de 2012
Todos los seres vivos están constituidos por una o más células. Los organismos
unicelulares están formados por una sola célula que, de manera independiente,
lleva a cabo todas sus funciones vitales: se alimenta, crece y se reproduce.
Los organismos pluricelulares están formados por millones de células que se
especializan y que se agrupan para llevar a cabo sus funciones. Las células
que forman toda la diversidad de seres vivos no son iguales. Según su
estructura se pueden distinguir: células procariontes y células eucariontes.
Células procariontes
Las células procariontes tienen una estructura muy sencilla: el límite
celular es la membrana plasmática hacia dentro de la cual se encuentra
el citoplasma. Externamente están rodeadas por una pared celular. No
presentan subdivisiones en su interior y el material genético se encuentra
disperso en el citoplasma. Los organismos procariontes son todos unicelulares;
las bacterias son el ejemplo más característico.
Células eucariontes
Las células eucariontes también se encuentran rodeadas
por una membrana plasmática, pero a diferencia de las
procariontes en el citoplasma se encuentra una serie de
subdivisiones denominados organelos. Los organelos
tienen una forma y función bien definidas y están
limitadas por una membrana lipídica. El material genético
de estas células se encuentra al interior de un organelo:
el núcleo celular. Los organismos eucariontes incluyen
tanto a seres vivos unicelulares, como las amebas, y a
organismos multicelulares, como muchos hongos todas
las plantas y los animales.
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